Cuando hablamos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), puede parecer que estamos ante algo lejano, reservado a gobiernos, empresas o grandes organizaciones internacionales. Pero en realidad, los ODS empiezan aquí, en nuestras aulas, en cada proyecto y en cada conversación que tenemos con nuestros alumnos y alumnas.
La escuela no solo transmite conocimientos: forma ciudadanos conscientes, críticos y comprometidos. Y los ODS son una oportunidad única para conectar el currículo con los grandes retos de nuestro tiempo: la igualdad, el cuidado del planeta, la salud, la paz, la justicia o la innovación.
¿Por qué trabajar los ODS en la escuela?
- Dan sentido a los aprendizajes
Cuando un proyecto conecta con un objetivo global (por ejemplo, diseñar una campaña para reducir el consumo de plástico en el colegio), los estudiantes entienden que lo que hacen importa. Que no es un ejercicio escolar más, sino una contribución real. - Fomentan la empatía y la ciudadanía global
Hablar de igualdad de género, hambre cero o educación de calidad invita a ponerse en la piel de otros y mirar más allá de la propia realidad. - Conectan con metodologías activas
ABP, gamificación o robótica se vuelven herramientas potentes para diseñar soluciones a problemas vinculados a los ODS. El aprendizaje cobra forma en retos, prototipos, campañas o juegos con impacto social.
Ejemplos desde mi experiencia
- En un proyecto de ABP sobre sostenibilidad, el alumnado diseñó soluciones para reducir el uso de plásticos en el colegio. Terminamos con una feria abierta a familias donde presentaron sus propuestas.
- En robótica y programación, programamos robots para simular la recogida selectiva de residuos, trabajando ODS como el 11 (ciudades sostenibles) y el 12 (producción y consumo responsables).
- En Educación Física, organizamos un circuito cooperativo vinculado al ODS 3 (salud y bienestar), reflexionando sobre hábitos saludables mientras trabajábamos en equipo.
Claves para integrar los ODS en tu aula
- Escoge uno o dos objetivos cada curso, no intentes abarcar los 17 a la vez.
- Conecta siempre con el contexto cercano del alumnado: su barrio, su escuela, su entorno inmediato.
- Diseña actividades que tengan impacto real: campañas, acciones, prototipos o eventos.
- Implica a familias y comunidad para dar visibilidad y continuidad al trabajo.
Educar para transformar
Los ODS no son una “unidad extra” ni una moda pasajera. Son un recordatorio de que la educación tiene un papel clave en la construcción de un mundo más justo y sostenible.
Cuando llevamos los ODS al aula, damos a nuestro alumnado algo más que contenidos: les damos un propósito, la certeza de que incluso los gestos pequeños cuentan. Y eso, al final, es la esencia de educar: sembrar en ellos la convicción de que pueden cambiar el mundo.
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